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sábado, 28 de diciembre de 2013

La batalla de los cuernos de Hattin

La batalla de los cuernos de Hattin


Y Saladino se convirtió en leyenda

4 de Julio de 1187. Desfiladero de los Cuernos de Hattin (Qurun-Hattun), al oeste del mar de Galilea, en Palestina. El Ejercito cruzado formado por templarios y hospitalarios a las ordenes del rey de Jerusalen Guido de Lusignan y Reinaldo de Châtillon, se enfrentan contra las tropas dirigidas por Al-Nasir Salah ad-Din Yusuf ibn Ayyub, mas conocido en occidente como Saladino. Las consecuencias de aquella batalla pasarían a la historia.


Guido de Lusignan, Reinaldo de Châtillon y Saladino

Los Cuernos de Hattin

Se podría considerar el desfiladero de los Cuernos de Hattin un lugar santo dentro de lo que denominamos Tierra Santa. Y es que allí, según los historiadores, dio Jesucristo su celebre Sermón de la Montaña donde exhortó a sus discípulos a difundir el mensaje de la buena nueva de Dios.
Cerca del mar de Galilea y la ciudad de Tibériades, actualmente esta zona es un parque nacional que sirvió al mundo musulmán para unirse bajo el liderazgo de Saladino en la lucha contra occidente en la segunda Cruzada.
Hattin en la actualidad

Los precedentes

Es importante antes de hablar de la batalla en sí, contextualizar los hechos para poder entender el sentido y motivo de esta batalla que provocaría a posteriori que el Papa Urbano III, uniera a los reyes cristianos, entre ellos a Ricardo I "Corazón de León" de Inglaterra y diera inicio la Tercera Cruzada.

Es importante, porque todo conflicto bélico tiene un origen, y este tiene mucho mas sentido que ningún otro.

Si hay un nombre propio en esta batalla, además de Saladino, ese es sin duda Gerard de Rideford. Flamenco de nacimiento, perteneció a la orden del Temple y llegó a gran maestre gracias a intrigas políticas y criminales bajo el auspicio del denominado Principe Arnat que no era otro que Reinaldo de Châtillon y del oscuro patriarca Heraclio de Cesarea. Todas estas intrigas, hicieron que los guerreros templarios pasaran a la historia como mercenarios y no como la noble orden que por entonces era.

Gerard de Rideford no era mas que un aventurero de Flandes cuando llegó a Tierra Santa que se puso al servicio de Raimundo III de Tripoli. Bajo el dominio occidental de Jerusalen, la mítica ciudad se habia convertido en un reino de oportunidades para aquellos personajes de moral dudosa y sin escrupulos, dispuestos a hacer lo que hiciera falta para triunfar. En aquel ambiente sociopolítico llegaron muchos aventureros, entre ellos Gerard, que con la venia papal, tenian como uno de sus objetivos "enviar al paraiso" a los musulmanes. Así, Gerard de Rideford, al servicio de Raimundo III de Tripoli, comenzó a destacar ostentosamente y se ganó las recompensas que el conde le habia prometido, entre ellas el matrimonio con una rica heredera. Esa rica heredera sería Lucia de Botrum, tambien pretendida por un mercader. Podría parecer que Gerard acabaría en matrimonio con Lucia, pero no fue así, la mujer, rolliza, consiguió que el mercader pagara su peso en oro al conde Raimundo, un oro que este no desaprovechó, desatando la ira de Gerard de Rideford que juró vengarse del conde. Fue entonces cuando ingresó en la gran Orden.
Diagrama de Jerusalen en 1187
Pasado el tiempo, Gerard de Rideford fue elegido decimo gran maestre de la Orden, tras el fallecimiento en Damasco de Eudes de Saint-Amand y del aragonés Arnoldo de Torroja, del cual se sospecha, fue envenenado por Heraclio de Cesarea en un viaje que ambos hicieron a Europa.

Gerard administró y gobernó la orden de manera pésima, pero ganó un aliado: Guido de Lusignan. Por aquel entonces, el rey Balduino, enfermo y a las puertas de su fallecimiento, reunió a una serie de personas que debian nombrar el regente de Balduino V, su hijo, enfermo. El regente serviría para estabilizar Tierra Santa, y debía ser elegido por una comisión conjunta del rey inglés, el rey francés, el papado y el emperador del sacro imperio. Todo apuntaba a que el regente sería ni mas ni menos que Raimundo III de Tripoli.
Recreación libre de Balduino IV

Pero he aquí, que comenzó una conspiración para que no sucediera.

Muerto Balduino el Leproso, como se conocia a Balduino IV, Gerard formó parte de una conjura junto a Agnes de Courtenay, Joscelyn de Courtenay, Sybilla de Courtenay (madre de Balduino V), Guido de Lusignan y Reinaldo de Châtillon, que engañaron al conde, haciendole ir hacia Tiberíades en lugar de Jerusalen una vez muerto Balduino. Esta circustancia fue aprovechado por los conspiradores para coronar a Guido como rey de Jerusalen. Normalmente un rey se coronaba y asumia el poder por la gracia de Dios y un miembro de la iglesia ejecutaba la coronación pronunciando algunas frases en latín. En este caso esto no sucedió, porque el patriarca Heraclio de Cesarea se opuso a la coronación, con lo que fue Sybilla de Courtenay, su esposa la que le colocó la corona. Una coronación invalida que no fue descubierta.
Tiberíades en la actualidad
Dicen las crónicas históricas sobre Guido de Lusignan que era un hombre torpe, indeciso, ignorante, que no supo mantener el equilibrio que durante el reinado de Balduino IV se habia obtenido. Carecia de instinto político para gobernar y como gerente militar era un desastre.

Mientras tanto, Raimundo de Tripoli, era respetado por Saladino y por el mundo islámico en general, porque siempre cumplia lo que decia. Ese respeto llegó por la victoria que los templarios y las tropas reales de Balduino IV habian obtenido en Mon Gisors. Es por ellos que Saladino pidió permiso para pasar con un contigente de sus tropas por las tierras del conde. Este contingente de 5000 jinetes mamelucos estaban comandados por Al-Afdal, hijo de Saladino. Esta marcha fue encontrada por Gerard, junto a Roger Desmoulins, maestre hospitalario, Jacobo de Mailly, mariscal de la Orden y 150 jinetes en las Fuentes de Cresson. Gerard, a pesar de la notable diferencia de fuerzas ordenó atacar, Desmoulins, a pesar de sus reticencias, cargaron llevando a la muerte a los jinetes.

Gerard y su gonfaloniero se retiraron mientras sus tropas eran masacradas. Por otro lado, Reinaldo de Châtillon, impulsado por Gerard, asaltó una caravana proveniente de Egipto que pasaba cerca de su castillo de Kerak en la ciudad de Petra. En aquella caravana iba la hermana de Saladino. Cuando este pidió la indemnización, Reinaldo no prestó atención. Saladino acudió al rey de Jerusalen que le replicó que no tenia poder sobre Reinaldo. Esto enfureció a Saladino y fue el detonante de la batalla de Los Cuernos de Hattin.
Castillo de Kerak en la actualidad

La batalla de Seforia, el preludio de Hattin

El 1 de mayo de 1187 se produjo la batalla de Seforia. Donde Saladino despedazó a las tropas comandadas por Gerard de Ridefort. Continuó su ruta para sitiar Tiberíades para atraer a las tropas cristianas y enfrentarlas en un terreno mas favorable. Sitiado Tiberíades, Echive, la esposa de Raimundo de Tripoli, envió un mensajero con el favor de Saladino, pidiendo auxilio al rey de Jerusalen y a su marido, que se encontraba en ese momento en Seforia.

Durante el consejo real, Raimundo se inclinó por dejar caer Tiberíades a pesar de encontrarse allí su esposa porque intuía el plan de Saladino. El rey y los barones del consejo real, estuvieron de acuerdo con él. Esperarian a Saladino en lugar de ir a su encuentro. Pero Gerard, lleno de ira, queria borrar el fracaso de Seforia y gracias a la debilidad del rey, consiguió su permiso para atacar.
Recreación de la Batalla de Seforia

La batalla de los cuernos de Hattin

Así, el dia 3 de mayo, al alba, el rey hizo levantar el campamento y mandó a su ejercito hacia Tiberíades. Sus fuerzas consistian en 2000 caballeros montados, 4000 turcoples y 32000 infantes que fueron sistemáticamente acosados durante su marcha por 6500 jinetes ligeros sarracenos, sufriendo importantes bajas en las emboscadas que el ejercito de Saladino les puso en su camino. A este acoso hubo de unirsele las inclemencias ambientales y las desercionees que debilitaron ostensiblemente el ejercito cristiano. A pesar de que durante aquella marcha, unidades de caballeros cruzados de diversas órdenes fueron uniendose.

Con un calor sofocante, y una retaguardia progresivamente diezmada por los arqueros montados de Saladino, los caballeros tuvieron que ir a pie debido a que sus animales habian fallecido. Visto su error, Guido de Lusignan estuvo de acuerdo con Raimundo de Tripoli en dar un rodeo por el pueblo de Hattin donde se encontraba un pozo de agua. Saladino, inteligente, mandó a sus tropas para que les cortaran el camino. Sin reservas de agua, y comida, el rey estableció un campamento en aquella meseta, donde los soldados percibian en la oscuridad las risas y cantos de los musulmanes que estaban perfectamente pertrechados y sin ninguna carencia en cuanto a agua y comida.
Recreación de la batalla de Hattin
El ejercito cristiano vio como unica opcion alcanzar el pozo de agua. Las tres columnas cristianas se desplegaron entre dos colinas volcánicas, los Cuernos de Hattin. El rey tomó una posición estratégica al pie de los cuernos de Hattin, pero las tropas de Saladino prendieron fuego a las hierbas secas asfixiando a los francos con el humo.

La batalla de Hattin según Gustav Doré
Saladino no se precipitó. Continuó con sus ataques de acoso y evitó en lo posible el enfrentamiento directo. Para el rey de Jerusalen sin embargo no habia otra salida para acceder a Hattin, debian atravesar la barrera enemiga, lo que significaba una confrontación directa. Ordenó a Raimundo cargar con sus caballeros, pero Taqi al-Din, sobrino de Saladino al mando de esa barrera, dividió sus tropas para permitir el paso para cerrarlo de nuevo una vez los caballeros de Raimundo pasaron. Las tropas cristianas no pudieron continuar y el ejercito comandado por Raimundo de Tripoli se encontró solo y rodeado. Los cristianos, al verse incapaces de ir a su rescate, se dirigieron a Tiro.
Los infantes habian escalado la colina norte de los cuernos, pero fue una maniobra letal, se encontraron entre un precipicio y las tropas musulmanas. Aquellos que no se rindieron fueron arrojados al vacio.

Mientras esto sucedia, la caballeria de Saladino cargó contra los cristianos que se refugiaban en el cuerno sur. En ese momento lanzó su ofensiva final. Los caballeros consiguieron arrollar esporadicamente las lineas musulmanas pero se vieron rechazados. Saladino lanzó un último asalto y la noche del 4 de Julio, se apoderó de la tienda roja del rey, donde se encontró la Vera Cruz, reliquia del mundo cristiano que fue llevada a sugerencia de Heraclio de Cesarea para aumentar la moral de las tropas, que sintieron que Dios estaba con ellos. Guido de Lusignan y Reinaldo de Châtillon fueron hechos prisioneros. Saladino le cortó la cabeza a Reinaldo con sus propias manos cumpliendo una promesa que hizo cuando la caravana donde iba su hermana fue asaltada, así como en respuesta de las masacres cometidas contra cristianos y musulmanes.

Saladino y Guido de Lusignan tras la batalla de los cuernos de Hattin

Se acabó así en esta batalla el sueño cruzado. Saladino no tardaría en apoderarse de Tripoli, Antioquia, Edesa y por último Jerusalen.

El final de esta batalla, supondría para la historia, el inicio de la Tercera Cruzada y el gran enfrentamiento entre Saladino y Ricardo I "Corazón de León" de Inglaterra. Junto a la Elite de la Orden del Temple. Es histórico el hecho de que la guardia personal del Rey eran solo templarios y a su muerte, Ricardo, fue enterrado por su pedido expreso no como Rey, sino como Templario. 
La recuperación de Jerusalem y la tregua lograda con Saladino, aunque la historia no lo reconoce, fue para el Temple recuperar el honor perdido en la manos del "Maestre" traidor que llevo a los Cuernos de Hattin a morir a los cruzados en su solo empeño de gloria personal, traicionando sus votos, a la Orden y al propio Cristo.

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